El reciclaje es un gesto muy útil y sencillo que el medio
ambiente agradece de varias formas. La necesidad de nuevas materias primas para
crear productos y todo su proceso de extracción, transporte, elaboración y
gasto energético disminuye al reaprovechar los residuos reciclados. Asimismo,
se evita que estos envases acaben en vertederos, cada vez más saturados y con
problemas de impacto ambiental. Por ello, el reciclado también contribuye a
reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las cifras que ofrecen las organizaciones de gestión del
reciclado son elocuentes. El reciclaje de 3.000 botellas de vidrio evita 1.000
kilos de basura y ahorra más de una tonelada de materias primas, según
Ecovidrio, la asociación sin ánimo de lucro que gestiona el reciclado de vidrio
en España. De esta manera, añade, se reduce la contaminación del aire en un
20%, al quemar menos combustible para la fabricación de nuevos envases.
El vidrio es uno de los materiales más fáciles de reciclar.
Además, al fundirlo y darle nueva forma se ahorra un 93% de materiales y un 23%
de energía, ya que la fabricación de nuevos envases de vidrio con materias
primas necesita un mayor uso de energía que los fabricados con vidrio reciclado
(calcín). Por ejemplo, cada botella reciclada evita consumir la electricidad
que necesitaría una bombilla de 100 vatios durante cuatro horas, mientras que
con cuatro botellas recicladas se ahorra la electricidad necesaria para mantener
encendido un frigorífico todo el día.
Nuevos usos de los materiales reciclados
Los materiales con los que están compuestos los envases, una
vez reciclados, se pueden volver a utilizar como materia prima para crear
nuevos productos. Por ejemplo, los envases de plástico dan lugar a bolsas,
fibras, mobiliario urbano o material de construcción; con el aluminio y el
acero se producen nuevos envases y láminas; con los bricks se elaboran bolsas y
sacos de cartón; el papel y cartón se convierten en cajas, periódicos, papel de
embalar o de escribir; y del vidrio se obtienen nuevas botellas y objetos de
vidrio.
En otras ocasiones, los materiales reciclados dan lugar a
productos diferentes al material de origen, en algunos casos con resultados muy
curiosos. Por ejemplo, Ecoembes señala que con ocho cajas de cereales se puede
crear un libro, con 80 latas una llanta de coche, con seis bricks una caja de zapatos,
y con 40 botellas de plástico PET (las típicas de agua mineral) se puede hacer
un forro polar.
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